La Casa do Portomeñe, ubicada en zona de montaña y en las afueras del casco urbano, te permite disfrutar de un espacio rural situado en pleno corazón de la Ribeira Sacra.

Aunque nuestro entorno regala a cada viajero la belleza de sus tierras y de los alrededores del Río Miño, la estancia en su interior, no deben dejarte al margen de cuanta tradición familiar y amor al campo hay en cada uno de sus detalles.

Nuestra casa, que es también la tuya, es una casa familiar que decidimos mantener viva, convirtiéndola en un sitio de visitas e intercambio de emociones, visiones y culturas.

Nos gusta el contacto directo con la naturaleza, la vida en el campo, y en este caso la Ribeira Sacra nos apasiona, porque se puede disfrutar al 100% de la pureza que conservan sus alrededores, los paisajes que enamoran, y su gran variedad gastronómica.

Si te apasiona todo esto, te invitamos en estos artículos al disfrute más profundo de cada detalle de nuestra Casa do Portomeñe.

Xosé Manuel Ledo, propietario e impulsor del proyecto de restauración de la casona gallega do Portomeñe, y Beverly Mojena- quien forma parte de manera activa de las gestiones administrativas de la casa, y quién retomó hace unos años el proyecto rural dándole un nuevo impulso e imagen- actualmente conforman el equipo que se dedica a los cuidados de la casa y de las necesidades de los huéspedes; así como a las habituales y continuas tareas de mantenimiento y conservación.

La pequeña Xoana, el adorable can y amigo Nacho, y dos gatitas muy pintorescas, inspiran muchos de los instantes más memorables en Casa do Portomeñe. Momentos que se reflejan en imágenes y fotografías del entorno, y que alimentan la magnífica sensación y privilegio que se siente al amanecer cada día en un sitio tan idílico.

Cuando Xosé Manuel decidió la ruta de restaurar esta casona gallega, su primer propósito fue y es el ofrecerte una invitación al reencuentro, disfrute y unión de grupos y familias que recuerdan el ambiente y la sensación de felicidad y libertad que proporcionan la vida en las aldeas gallegas.

Recuperar la casa de la familia de las ruinas fue, sobre todo, un viaje de grandes emociones y sensaciones. Un camino de ida en el cual se sintió feliz por poder devolver a sus padres esa parte de la tierra que sentían suya, y con el cual también pudo materializar un lugar ideal en el que muchas personas tuviesen la oportunidad de compartir ese paraíso que ama.
Para él siempre es un gusto recibiros...

Beverly: Gerente Casa do Portomeñe  -  Xosé Manuel: Propietario Casa do Portomeñe

En Casa do Portomeñe, hay espacio para tus mascotas.

Te presentamos las nuestras:
Este perrito hermoso, es Nacho. La gatita de al lado es Zarí.
Y esta, es otra de nuestras gatitas, se llama Pintica.

Viven libres en estos verdes jardines, aunque pocas veces los verás en ellos porque son muy tímidos.

Nuestra casa rural dispone de un muro de piedras que lo convierten en el recinto cerrado más seguro para tus mascotas.

Contamos con una zona amplia y ajardinada muy versátil, que se presta para la celebración de eventos tanto deportivos como fiestas.

En verano además, podrás disfrutar a la sombra del hórreo, de una bebida refrescante en compañía de amigos, familiares o compañeros de vida.

Como amantes de nuestra tierra gallega también disfrutamos de su oferta gastronómica, por ese motivo, y para disfrute del grupo, durante tu visita podemos proporcionarte información acerca de servicios de catering, restaurantes o proveedores de los mejores productos de la zona.

La amplitud de nuestra cocina y su gran capacidad para reunir a una gran cantidad de comensales en nuestro comedor, hacen del encuentro con amigos, familiares, o compañeros de empresa, el punto de partida perfecto para degustar nuestras recetas regionales.

Encontrarás todo el menaje necesario para tus elaboraciones. Vajillas, copas, bandejas; todo cuanto necesitas para compartir en compañía de tus seres queridos, se encuentra a mano. Solo tienes que escoger el plato, y...

¡A cocinar!

En nuestra casa rural, cada habitación dispone de una ventana para poder disfrutar de las maravillosas vistas al paraje hermoso que nos rodea.

Todas ellas, caladas en las piedras, aportan con sus reflejos paisajísticos, diversidad de sensaciones, matices y luces; decorando como cuadros versátiles las estancias, y regalándonos instantes únicos.

En una de nuestras zonas comunes más cercanas al gran salón, contamos con un pequeño espacio galería que hoy muestra hermosas y coloridas fotografías de libélulas, símbolo de sabiduría, cambio y adaptabilidad…

Mientras caminas por los pasillos, delante de cada una de sus paredes de piedras, verás el reflejo del amor y la pasión empleada en la restauración de cada espacio; y entrarás en ese momento de quietud de todo cuanto te ofrecemos, para una estancia de relax y disfrute.